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domingo, 28 de abril de 2013

Poema al Tomate



Poema al tomate:

Ay! ¡Qué disparate!
¡Se mató un tomate!
¿Quieren que les cuente?



Se arrojó en la fuente
sobre la ensalada
recién preparada.

Su vestido rojo,
todo descosido,
cayó haciendo arrugas
al mar de lechugas.

Su amigo el zapallo
corrió como un rayo
pidiendo de urgencia
por una asistencia

Vino el doctor Ajo
y remedios trajo.
Llamó a la carrera
a Sal, la enfermera.

Después de secarlo
quisieron salvarlo,
pero no hubo caso:
¡estaba en pedazos!

Preparó el entierro
la agencia “Los Puerros”.
y fue mucha gente...
¿quieren que les cuente?



Llegó muy doliente
Papa, el presidente
del club de Verduras,
para dar lectura
de un “verso al tomate”
(otro disparate)
mientras, de perfil
el gran perejil
hablaba bajito
con un rabanito.

También el laurel
(de luna de miel
con doña nabiza)
regresó de prisa
en su nuevo yate 
por ver al tomate.

Acaba la historia:
ocho zanahorias
y un alcaucil viejo
forman el cortejo
con diez berenjenas
de verdes melenas
sobre una carroza
bordada de rosas




Choclos musiqueros
con negros sombreros
tocaban violines,
quenas y flautines,
y dos ajíes sordos
y espárragos gordos
con negras camisas
cantaron la misa.

El diario “ESPINACA”
la noticia saca.
HOY, QUÉ DISPARATE!

¡SE MATÓ UN TOMATE! 




Elsa Isabel Borneman

Día de escuela.


 En una publicación anterior presentaba la historia de estos dos amigos, Piffe y Pomme, en un día de vacaciones. Hoy los buenos amigos nos invitan a ir con ellos a un día en la escuela. Este es   un cuento divertido que nos revela muchas de las  travesuras y  penas que pasan los niños como nuestros lectores,  en los centros educativos.  Disfrútenlo y comenten sobre algunas de sus travesuras o tristezas que han vivido en su vida escolar. 

DÍA DE ESCUELA
 






 Hoy nuestros amigos, Pomme y Piffe se dirigen muy contentos a la escuela. Saben que les espera un día lleno de aventuras y cosas por descubrir.
Sin embargo...









 ¡Apenas se han sentado, el perrito deja caer la cartera! ¡Ah!
 ¡Que torpe!




 La lección de escritura comienza. Pomme se esfuerza delante de la pizarra. ¡Qué difícil es escribir el alfabeto!, suspira. La letras descienden, no quedan bien...Piffe , que se aburre, toma una tiza de su cajón y la chupa como si fuera un bombón; pero ¡puah! la escupe con repugnancia. 









 El gatito está castigado, se va a un rincón y allí se quedará durante  la clase de canto: ha sido el profesor quien lo ha dicho. ¡Pobre gatito! es una lástima, piensa, porque mi voz es muy bonita; bueno, tanto peor, la próxima vez seré más prudente.  Pomme abre su gran boca y canta la escala con todo su corazón: ¡Do, Re, Mi, Fa, Sol, La, Si, Do! ¡Bravo!




Estamos en la clase de gimnasia. ¡Un, dos, tres! Piffe salta a la cuerda. Grita: ¡Oh! ¡Arriba! Se estira. ¡Que deportista! Pero su rabo se enreda en la cuerda y no puede librarlo.  A veces la cuerda da vueltas y no puede pararla.
¡Qué Susto! Sus amigos le hacen la burla! 
Mientras tanto, Pomme juega al balón con la cabeza, con la frente, con el hocico. Piruetas, saltos, quiebros, se agita, gesticula y siempre alcanza el balón. Pero Piffe llega al extremo de la cuerda, empuja al pobre perrito y el balón rueda a lo lejos. 






Cansados y sofocados, Pomme y Piffe vuelven a clase.
-¡Cojan los lápices! - dice el profesor.
Nuestros colegiales se inclinan sobre sus cuadernos.  ¡Eh! El gatito hace garabatos y el perrito grandes borrones. Pomme no se está quieto, las patas le hormiguean. Será necesario esforzarse para terminar el trabajo y que el profesor quede satisfecho.  













¡Tiling, tiling! La campana suena, es el recreo. Pomme y Piffe se precipitan al jardín.
-¡Es la hora de sacar mis bolitas! - grita el gatito con los ojos brillantes. 
-¡Es el momento de comer mis galletas! -dice el perrito, relamiendose. 









Pomme y Piffe ríen; Pomme y Piffe se distraen; Pomme y Piffe aprenden los números. Escriben el cuatro, el siete, el ocho, el seis y saben contar hasta diez.
¡Es un juego! Pero el perrito no esta atento, se equivoca.

-¡Enséñame el número tres! - le dice el profesor.
Y...¡mirad el que tiene este despistado en su pata!

La clase ha terminado, es la hora de volver a casa. Pomme y Piffe corren por el camino. El perrito ha recibido buena puntuación y el gatito una bonita fotografía. Está tan contento que juega con su cartera por el camino. 
-¡Cuidado! - le dice pomme. ¡Vas a perder tus cuadernos!...
-¿Sabes? -añade el perrito-. Me gusta la escuela.
- A mí también  -dice Piffe-. Tengo ganas de volver. 




Los dos amigos hacen el camino de regreso a casa con las carteras a la espalda y charlando animadamente. Están impacientes porque pase otro día para ir de nuevo a las clases, aprenden tantas cosas. 

Una Estrellita Fugaz

Hola a todos nuevamente.  He encontrado este bonito cuento sobre una estrella fugaz, espero que lo disfruten y que nos cuenten sus  experiencias con las estrellas fugaces o qué le pedirían si se encontraran con una de ellas. El cuento dice así:


Había una vez un niño llamado Tobías así que Tobías contará el cuento o historia mejor dicho.

 Un día mi mamá nos dijo a mi y a hermana que cuando viéramos una estrella fugaz pidiéramos un deseo.

Un noche salí al jardín y vi en el cielo una estrellita fugaz y rápidamente pedí un deseo lo que pedí fue hacer un viaje espacial.

Después me a fui a mi cama y me dormi, de pronto me despertó una intensa luz ¡Era una estrellita fugaz! que me dijo:



"Ven y sube a unos de mis picos, te llevaré de paseo". Salimos volando y en un instante estábamos en medio del espacio, había muchas estrellas de todos los colores y muy lejos se veía la Tierra y la Luna. También vimos un cometa con su larga y  plateada cola.






Yo le dije a la  estrellita que quería conocer a Marte, me dijo que para llegar a Marte había que pasar por la región de asteroides que son como unas piedrotas con las que podiamos chocar, pero Estrellita (Como la llamé) era muy veloz y podía esquivar a los asteroides.
 ¡Qué susto me di! Finalmente llegamos a Marte, todo rojo y desierto como lo describen los libros. 




De pronto empezó a verse una luz muy brillante, "Vámonos rápido" me dijo Estrellita, "Es el sol que va saliendo si nos ve, me castigará por andar cumpliendo los deseos de los niños" dijo nuevamente. 







                                                                                                             De regreso a casa Estrellita me explicó que el sol tiene nueve planetas que giran alrededor de él,
uno es la Tierra, antes de llegar a la Tierra pasamos cerca del satelite Morelos, que México mandó al espacio.
Llegamos a casita y Estrellita me dio un beso. Me dijo que me portara bien y algún día volveríamos a pasear por el cielo.